Significado
Este refrán aparece mencionado en el Guzmán de Alfarache, de Mateo Alemán, y también en el Quijote, aunque con una cierta variante: La sangre se hereda, y la virtud se aquista. En ambas versiones se alude, en sentido recto, a los antiguos miembros de la nobleza que se resistían a enmendar sus errores, y en sentido general, a que los rasgos físicos se transmiten por herencia, mientras que el buen o mal comportamiento se «contagia» por imitación.
Términos
Literales: sangre, hereda, vicio, apega ().