Significado
Empleamos esa locución para indicar que a veces merece la pena hacer un sacrificio o renunciar a algo importante para conseguir un objetivo.
Ejemplo
He perdido mucho tiempo estudiando para conseguir esa plaza, pero bueno, París bien vale una misa.
Origen
La frase se le atribuye a Enrique IV de Navarra (1553-1610), líder de los calvinistas franceses, que tuvo que abjurar del protestantismo y convertirse al catolicismo para convertirse en rey de Francia, lo que sucedió en 1593.