Atar los perros con longaniza

Significado

¿Se imaginan la alegría de un perro al que le atáramos una cadena hecha con una buena ristra de chorizos?…

Con esta expresión aludimos a ese país fantástico donde todo es abundante, modélico, lujoso y placentero, también llamado Jauja.

Se emplea especialmente para contestar irónicamente a quien habla de las bondades extremas o del gran beneficio de alguna acción o de algún lugar.

Ejemplo

Mi primo dice que en Alemania se gana muchísimo dinero y se trabaja muy poco. Ni que allí se ataran los perros con longaniza.

Origen

Se dice, a saber si con algún viso de realidad, que en el precioso pueblo salmantino de Candelario, famoso por sus embutidos, la fábula se hizo realidad.

En dicho pueblo vivió a finales del siglo XVIII don Constantino Rico, o mejor «El tío Rico, el choricero», proveedor real inmortalizado por el maestro de Goya, Bayeu, en un conocido tapiz.

El choricero tenía una fábrica de embutidos en la que trabajaban muchas empleadas y fue a una de ellas a quien se le ocurrió la brillante idea de atar a la pata de una silla con una ristra de longaniza a un perrillo que molestaba.

Quienes lo vieron lo contaron, y el pueblo interpretó tan curioso hecho como símbolo claro de la opulencia con que se vivía en casa de don Constantino.

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