Significado
Empleamos la frase cuando estamos seguros de que a alguien le han ayudado sobremanera para conseguir un fin.
Origen
Al parecer, el rey Fernando VII era un gran aficionado al juego de billar, pero un pésimo jugador.
Dicen las malas lenguas que siempre que jugaba se cargaba un tapete.
Para contentarlo, sus cortesanos ponían las bolas sobre la mesa de forma que le resultara poco menos que obligatorio hacer carambola.
¿Recuerdan al submarinista que colocaba el salmón en el anzuelo de Franco?
¿Y al guarda de ICONA que le ponía a diez metros el ciervo narcotizado?…