Significado
Se dice en menosprecio de los bravucones, siempre menos temibles de lo que pretenden demostrar. Como aquel, que desde el altillo de un mesón asomaba su gran cabeza y amedrentaba así a los camorristas: «¡Si voy…! ¡Si salgo…!» Hasta que un día, obligado por otro valentón, hubo de mostrarse entero y resultó no ser sino un enano cabezudo.
Términos
Literales: enano, venta, niños aspavienta ().