Significado
Advierte que el apresuramiento a menudo retarda, si no malogra, toda tarea. Tiene su origen en lo que Carlos III acostumbraba a decir a su ayudante de cámara para que no procediera atropelladamente. También el emperador Augusto solía decir a sus servidores: «Apresuraos lentamente.».
Términos
Literales: vísteme despacio, estoy, prisa.