Significado
Según Juan de Mal Lara, este refrán, motejador de las madres postizas, tuvo su origen en el capricho de uno que quiso labrar en cera y pasta de azúcar la imagen de su madrastra, y como quiera que la obra, apenas concluida, se le desmoronase, exclamó con aspereza: «La madrastra no es buena ni en cera ni en pasta.».
Términos
Literales: madrastra, madre áspera, cera, pasta.