Significado
Abandonar un lugar sin despedirse.
Origen
Se dice que en el siglo XVII se puso de moda en la corte francesa, ejemplo de comportamiento y de etiqueta para otras cortes europeas, no despedirse cuando se abandonaba una reunión, pues estaba muy mal visto entre los finos cortesanos del vecino país que se interrumpieran sus importantísimas reuniones para saludar.
Se permitía eso sí, mirar el reloj y dar a entender que había que marcharse. Los franceses, maestros en el arte de atribuirse los aciertos ajenos y de rechazar los errores propios, adoptaron, cómo no, la expresión despedirse a la española o, incluso, a la inglesa.