Ciudad
El verdadero objeto de la gran ciudad es hacernos desear el campo.
Dar
Oro, poder y riquezasmuriendo has de abandonar,al cielo sólo te llevaslo que des a los demás.
Libros
Dios ponga a mi alcance librosaunque viva prisionero,asomado a esas ventanas,no me acobardan encierros.
Tiempo
Ninguna siembra dejanlas horas malgastadas,y cuando a morir tocanno puedes recobrarlas.