Significado
Ser extremadamente feo.
Origen
El tal Picio, personaje proverbial donde los haya, fue un zapatero granadino que vivió en la primera mitad del siglo XIX.
El desdichado zapatero fue condenado a muerte, según parece injustamente, y, aunque el indulto llegó a tiempo, la impresión y el sufrimiento provocaron que se le cayera el pelo y se le llenara la cara de granos y pústulas, pasando de este modo a ser la viva representación de la fealdad.
Los andaluces, tan dados a la puntillosa exageración, dicen que, de lo feo que se volvió, «el cura le tuvo que dar la extremaunción con caña».
Rechazado por sus deformidades, Picio terminó sus días retirado en un pueblo de Sierra Nevada.