Significado
Reprende este viejo refrán -ya catalogado por El Comendador- a los que, ávidos de noticias frescas, se beben los vientos por conocerlo todo, aunque no les ataña en absoluto. «El morbo de la curiosidad», que decía San Agustín.
Términos
Literales: nuevas no penéis, hacerse han viejas, saberlas heis.