Significado
Este refrán -censado ya por el marqués de Santillana- previene, no sin maliciosa ambigüedad, contra los juicios fundados en la mera apariencia, pues también los perros (y no sólo éstos) -dice elípticamente-, gustan de realizar así sus micciones.
Términos
Literales: no son hombres, mean, pared.