Significado
Despistarse, perder la atención u olvidarse de algo. Se usa especialmente para aludir a quien se olvida del tema del que estaba hablando.
Origen
La frase seguramente tiene su origen en el cuento de un cura que, en pleno sermón, se enredó hablando de cosas terrenales y se le olvidó de qué santo y con qué motivo había comenzado a hablar.
Ejemplo
Encendí el horno, después llamaron por teléfono, se me fue el santo al cielo y se me carbonizó el pollo.