Significado
Con la expresión se da a entender que la ley es fácilmente manipulable según quien la aplique, algo así como «la ley va donde quiere el que manda».
Origen
Se cuenta que Alfonso VI , rey de Castilla y de León, el del Poema de Mio Cid, dispuso que se abandonara el rito mozárabe para decir la misa y se adoptara el romano.
El clero no lo aceptó y el rey decidió que se organizase un combate entre dos caballeros: uno lucharía a favor del rito romano y otro a favor del mozárabe.
Ganó quien luchaba a favor del mozárabe. A pesar de todo, se hizo otra prueba: a una hoguera se arrojaron dos misales, el romano y el mozárabe, el mozárabe resultó indemne y el romano ardió por completo.
A pesar de que las pruebas eran favorables al rito mozárabe, el rey se dejó de experimentos y, presionado por el papa Gregorio VII, instauró definitivamente el rito romano, ante lo que los clérigos exclamaron «Allá van leyes, do quieren reyes».